2/2/14

Derecho a nacer o derecho a vivir

El niño tiene ya 13 años y no hay quién le aguante. En el colegio se desesperan y desespera a su madre. Está en la edad. Pero este niño no sólo está en la edad.

El niño es español de padres marroquíes, ambos en paro. El niño tiene otros tres hermanos menores. Y el niño además no crece.

No crece, no ve bien, no respira bien, no mueve algunos dedos, le faltan piezas dentales, no levanta bien los brazos, le duelen las rodillas....

Cada año un poco más.

Y esto que acabo de decir puede despertar lástima o compasión,  pero no es mi intención. Es  una realidad.
Y es una realidad, aunque miremos para otro lado. Aunque su madre a veces tenga que taparse los oídos y los ojos para poder seguir viviendo, para no deprimirse ni morirse de pena. Porque el niño tiene muchas preguntas pero no tiene ninguna respuesta.

Pregunta hacia dónde le lleva esta enfermedad. Pregunta por qué el no puede ser como los demás. Pregunta por qué no le dan el tratamiento que acabaría con este deterioro. Y estas preguntas, son preguntas reales.

Y como no hay respuestas, el niño se rebela. Contra todo y contra todos. El niño acumula odio. Un odio que nace de la incomprensión. Que nace de sentir el mundo como un lugar a la medida de los demás, excepto de él. 

El niño se porta mal. Pero ninguno tenemos el tiempo, ni el valor, ni las ganas de ver más allá de ese comportamiento. Porque quizá preferimos no tocar demasiado ese mundo de dolor porque duele demasiado. El valor de remangarnos y entrar de lleno en él. Ya lo harán otros, pensamos. Pero nadie lo hace. 

Porque ese es otro clavo más. No hay suficientes medios. No hay dinero. No hay voluntad. Pero sí hay un tratamiento que no quieren dar porque cuesta demasiado. Después de más de tres años luchando por intentar conseguirlo, siguen sin querer dárselo.

Me gustaría poder meter todo su dolor en una carta, el suyo y el de sus padres, y mandárselo a estos señores que nos gobiernan, para que les explotara en la cara. 

Porque hay que ser un hipócrita o un inconsciente, para decir que los no nacidos tienen  derecho a nacer, pero al parecer no tienen el derecho a seguir con vida una vez han nacido, porque ustedes no quieren ofrecer los medios para que puedan vivir y digo vivir, no malvivir. Porque este niño no llegará a los 18 años si no le dan el tratamiento que necesita.  Porque este niño y su familia  sufrirán lo indecible, yendo de médico en médico intentando paliar el deterioro.

Y lo peor es que este niño tiene una hermana pequeñita de cuatro años. Una preciosidad que padece la misma enfermedad. Que también tuvo su derecho a nacer  pero, igual que su hermano mayor,  al parecer tampoco tiene derecho a vivir.