5/11/13

Burbujeando

Suena cursi lo sé, pero burbujita es como nos llamamos mutuamente una compañera de trabajo y yo cuando nos vemos. ¿Cómo andas burbu?, decimos para abreviar, y solemos responder: burbujeando.

Burbujear es similar a estar en las nubes pero no exactamente. El que está en las nubes pocas veces toca la realidad, vive allá arriba en su mundo del que baja de vez en cuando en forma de lluvia. La burbujita vive más en contacto con la realidad, aunque sin poder evitar elevarse de vez en cuando en forma de burbuja. La burbujita es frágil, de modo que cualquier voz, roce o llamada de atención, rompen su ensimismamiento. Si no fuera por eso, la burbujita tendería a subir y subir,  y para cuando quisiera bajar,  podrían haber pasado ya varias horas durante las cuales sabría que ha hecho muchas cosas, aunque no sabría exactamente el qué, ya que estaba en modo burbuja. Es en ese estado cuando aparecen los pensamientos de colores, aunque por contra, es también cuando la burbuja ha estado haciendo la compra y ha olvidado el monedero.

Ser burbuja no es fácil. Es más, durante un tiempo la burbuja cree haber sido víctima de una maldición que la castiga contínuamente con los olvidos y sus consiguientes idas y venidas. El tiempo que pierde una burbuja en estos menesteres es una carga que sólo ella conoce. El contacto con otras burbujas relaja su estado de ánimo y la capacita para convivir, a su manera eso sí, entre seres pragmáticos que no entienden que alguien pueda olvidar las cosas con tanta facilidad. Algunos pragmáticos incluso, incapaces de ver otra explicación, están convencidos de que es un subterfugio para irresponsables. Nada más lejos de la realidad. La burbuja es una persona responsable, metódica y organizada. De no ser por esas cualidades, la burbuja corre el riesgo de terminar en el arroyo. Es por eso que a los niños con tendencia burbujística deberían pincharle alguna que otra burbujita desde bien pequeños, ya que en caso contrario pueden terminar en las nubes, lugar del que no bajan nunca salvo para, como dijimos al principio, convertirse en lluvia y deshacerse en lagrimones.

Una vez superado el miedo a burbujear, es decir, una vez la burbuja se ha aceptado como lo que es, se convierte en una persona integrada y realista que de vez en cuando se eleva y ve la realidad desde otra perspectiva, cosa que al final termina incluso causándole cierto placer, que cualquier pragmático puede llegar a observar por la cara de boba que se le pone a la susodicha.

Si tú eres burbujito o burbujita sabrás de lo que te estoy hablando. Si no lo eres, igual ahora entiendes porqué a veces no te saludo por la calle.

1 comentario:

  1. Me parece una preciosidad... ser burbuja...un privilegio...estar en Babia...porque, con los pies en el suelo, ves la vida de manera diferente.
    Loumass.

    ResponderEliminar